jueves, 14 de julio de 2011

hipnótesis

            ¿Y si el ser humano no estuviera concebido para compartir su vida sentimental con una y nada más que una persona?

¿Y si el género pudiera no tener influencia al escoger a nuestro compañero?

¿Y si no la tuviera la edad?

            ¿Y si no la tuviera el parentesco?

            ¿Y si nuestra vida sentimental no estuviera condicionada por la subsistencia o por los hijos?

¿Y si no sintiéramos celos? ¿Y si ninguno de nuestros actos pudiera provocarlos?

¿Y si tuviéramos sueños a los que realmente pudiéramos aspirar?

¿Y si pudiéramos entender?

¿Y si pudiéramos elegir?

2 comentarios:

ISABEL dijo...

CREO QUE ESTA ES LA TESIS VERDADERA PERO A TODOS NOS HAN CERCENADO, ESTAMOS CASTRADOS EMOCIONALMENTE. QUIERO PODER QUERER LIBREMENTE SIN QUE YO MISMA ME CULPABILICE POR QUERER A ESE OTRO TAMBIÉN. LA CLAVE ESTÁ EN COMO LUCHAR CONTRA ESTO QUE YA LLEVAMOS ANCESTRAMENTE PEGADOS A NOSOTROS.

Juan dijo...

Muchas veces he visto este tipo de preguntas (y varias otras similares).
Si, apuntan a una utopía, posiblemente muy deseable, pero irrealizable.
¿Y si pudiera vivir en un yate por el Caribe sin trabajar?
¿Por que no puedo entrar a un banco y tomar para mi unos 10 o 20 millones?
¿Lo ven?... Hay un "pequeño detalle" que se pasa por alto:
para vivir en una sociedad, transamos, aceptamos limitaciones, renunciamos a algunas utopías, a cambio de algo (aunque más no sea a cambio de que no nos lleven presos).
Lo que verdaderamente debemos evaluar es si esa transacción nos conviene o no.
En algunos casos es un contrato leonino. Por el solo hecho de nacer ya lo aceptaste.
En otros es tan sutil la evaluación del Costo/Beneficio, que nos pasaremos toda la vida discutiéndolo, ajustándolo, re-evaluándolo. Ah, si, porque además es cambiante: lo que hoy claramente me conviene, mañana claramente me perjudica. Y la amyoría de las veces ni siquiera es tan "claramente"...