martes, 4 de junio de 2013

sexo. ENCUENTRO DE FORMA Y FONDO. I. el sexo oscuro

            El sexo que conocemos y vivimos, el conjunto de los individuales actos sexuales que conforman la vida sexual de nuestra sociedad, son la consecuencia de perseguir los fines expuestos al principio, mediante las formas descritas después.
Para que un acto sexual desempeñe la función reproductiva, que le confiere el capitalismo patriarcal, y la de comunión matrimonial o “gamos”, que le exige el discurso del amor, dispone de las escuelas de la sexualidad genital machista tradicional, de la ocultación de su finalidad mediante el arropamiento afectivo, y del modelo instrumental de uso y consumo sadomasoquista expuesto por la pornografía.
Pero para expresar una significación compleja y contradictoria mediante una forma no concebida expresa y conscientemente para ese fin, el acto sexual debe entregarse sistemáticamente a truculentos reajustes y adaptaciones intuitivas que enturbian significado y forma hasta convertir ambas en actos comunicativos fracasados e irreconocibles que frustran la intención de los participantes, tanto como la claridad de su interpretación.
           Así, vemos que hay un desencuentro perfecto entre las funciones que nuestra sociedad confiere al sexo y las formas en que el sexo se realiza sin ser ello óbice para que la relación entre unas y otras sea inequívoca, restado el efecto difusor que la represión ejerce sobre todos los niveles de conciencia que se proyectan sobre el tema.

           Las parejas para las que la función del sexo es la reproducción lo pondrán predominantemente en práctica mediante la forma incomunicativa tradicional, reduciéndolo sustancialmente a un acto coito-orgásmico en el que el hombre satisface un impulso hedonista poco elaborado a costa del cuerpo de la mujer sierva. Quiero decir con esto que lo normal es que ninguno de los dos esté pensando en ese momento en la procreación, pero será el subsistema ideológico el que haga prevalecer la procreación por sobre los restantes intereses (y la familia patriarcal como su nodo natural) de la pareja el que legitimará la tosca satisfacción del impulso sexual, motor de cada acto, como su más fiel garante.
           El subsistema les dirá a los individuos que follar para desahogarse está bien, porque ése es el camino de la procreación. Así, quedan los individuos exonerado de la función última y pueden construir su vida sexual en torno al desahogo; buscarán perpetuamente el desahogo pero, interrogados ante un tribunal dirán, con toda seriedad, que el sexo es, por encima de todo, reproducción. Es posible que suavicen la transición mediante el concepto de necesidad: Necesitamos tener relacione sexuales de modo que, más o menos comunicativas, deben tenerse a toca costa. La prueba de que son una necesidad es que conducen a la conservación de la especie (condicionamiento biológico por predestinación), fin último de la especie humana, y no cabe, por consiguiente, sino dar por hecho que esta necesidad existe. Qué pueda ser una vida sexual responsable y conscientemente dedicada a la procreación es algo que no consideran de su incumbencia plantearse.

           El contenido represivo de este modelo forma-fondo es tan acusado que el sexo apenas es mirado sino de soslayo. Hablamos de vidas sexuales en las que el sexo no es sólo poco comunicativo, sino que apenas existe la comunicación sobre sexo. El sexo no está tematizado, si no que se construye mediante automatismos adquiridos en silenciosos pactos tácitos. Se folla, paradigmáticamente, como si no se follara, y, sobre todo, como si no se follara con nadie. Este patrón, que de tan primitivo lleva a recibir críticas desde el propio sistema, es, sin embargo, el embrión de los restantes; su alma inmortal, irresponsable y masturbatoria (el otro no es con quien cada individuo alcanza satisfacción sexual, sino a quien cada individuo utiliza para fantasear con la satisfacción sexual y alcanzar, así, el desahogo. Cada uno de ellos oculta e ignora su insatisfacción, mientras piensa que colma sobradamente la del otro).

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